miércoles, 31 de mayo de 2017

(2014) Luis Gonzalo Segura - Un paso al frente



"En verdad, el liderazgo se obtiene más en la zapa que en el vuelo: los verdaderos líderes lo han sido en los pasillos de palacio y no en los campos de batalla. Quizá unos pocos consiguieran serlo en ambos lugares, pero cierto es que se perece antes por no dominar las artes de la intriga que por desconocer las artes de la guerra."

En el cuarto episodio de la primera temporada de Borgen la periodista Katrine Fønsmark recibía a altas horas de la noche una llamada anónima que le interpelaba a reunirse en el parking de la cadena de televisión donde trabajaba. Allí, el anónimo le transmitía una información confidencial referente al ejército: la base militar danesa de Thule, sita en Groenlandia, había estado siendo usada por el ejército estadounidense para el traslado de prisioneros. Tras los cotejos pertinentes de las pruebas aportadas, Fønsmark daba la noticia, con el consiguiente revuelo mediático. Tras algún intento de censura gubernamental hacia la cadena, y ante el inminente riesgo de que su identidad se viese descubierta, el informante decidía tomar el toro por los cuernos y dar una entrevista en horario de máxima audiencia, revelando su verdadera identidad: militar de carrera. Una vez puestas las cartas encima de la mesa, el gobierno trataba de desacreditar ad hominem al denunciante y... hasta ahí puedo leer. Algo muy parecido a todo esto le ocurrió a Luis Gonzalo Segura, ex-teniente de las fuerzas armadas españolas.

viernes, 26 de mayo de 2017

(1999) Naomi Klein - No Logo

Periodismo, Nike, Adidas, Shell, The Gap, Klein,


"La lección del Viernes de Marlboro consistía en que nunca existió una crisis de las marcas, sino tan solo que las marcas sufrían de una crisis de confianza. Wall Street llegó a la conclusión de que las marcas iban a funcionar bien si creían en los principios de la publicidad sin la más mínima sombra de duda. «¡Marcas sí, productos no!»: tal fue la divisa del renacimiento del marketing, liderado por una nueva clase de empresas que se consideraban como «vendedoras de significado» y no como fabricantes de artículos. Lo que estaba cambiando era la idea de lo que se estaba vendiendo, tanto en cuanto a la publicidad como en cuanto a las marcas. El antiguo paradigma era que todo el marketing consiste en la venta de productos. En el nuevo modelo, el producto siempre es secundario respecto al producto real, que es la marca, y la venta de la marca integra un nuevo componente que sólo se puede denominar espiritual. La publicidad es la caza de productos. La construcción de las marcas, en sus personificaciones más auténticas y avanzadas, es la trascendencia de la empresa."

Naomi Klein es una de las personalidades más influyentes de la izquierda internacional. Durante los últimos veinte años ha sido una de las principales voces críticas de la globalización neoliberal. Es autora de uno de los ensayos más influyentes de los últimos años, La doctrina del Shock —que cuenta con adaptación cinematográfica en forma de documental—. Estuvo presente en las concentraciones ciudadanas que dieron lugar al fenómeno Occupy Wall Street durante la resaca de la Gran Recesión de 2008. Y en los últimos años ha estado muy implicada en la lucha contra el cambio climático, de resultas de lo cual tenemos El capitalismo contra el clima, de reciente publicación. Sin embargo, si por algo es conocida Naomi Klein es por ser la autora de No Logo: El poder de las marcas, aquel influyente ensayo publicado en 1999 que hoy tenemos la oportunidad de comentar.

domingo, 21 de mayo de 2017

(2003) Fernando Lázaro Carreter - El nuevo dardo en la palabra

corrección, lingüística, periodismo


"No es preciso estar, claro es, en la política activa para agredir con éxito al sentido común. Hay un ex cargo muy importante, fuera de ella ya, inteligente tertuliano de radio, que, pocos días ha, estremeció a sus oyentes —lo soy, y muy complacido— con la apocalíptica denuncia de que el presidente Aznar «ha dado un giro de 365 grados». ¿Tantos? Pero siempre hay consuelo: imaginemos que el giro hubiera sido bisiesto."

Hace un par de semanas tuve el placer de reseñar "El dardo en la palabra", compendio de artículos publicados en prensa donde el difunto Fernando Lázaro Carreter hacía alarde de ingenio y erudición para arremeter contra todos aquellos desaprensivos que osan prevaricar con nuestro patrimonio más valioso: el idioma. Aquella lectura me duró, literalmente, años. Pero no por aburrida, sino a causa de las descomunales dimensiones de la obra. Efectivamente, El dardo en la palabra era un mamotreto de casi ochocientas páginas que abarcaba una producción en prensa de casi veinticinco años y que estaba compuesta por más de doscientos artículos. Cada uno de esos artículos —o dardos, como tan brillantemente los nombró el académico—, concisos por imperativos periodísticos, eran ideales para esos momentos del día que son demasiado breves para abordar la lectura del siguiente capítulo del libro que tienes entre manos, pero demasiado largos para... no hacer nada. Como sea que esos momentos no se han extinguido en mi vida, cuando acabé la obra de Lázaro Carreter noté inmediatamente un vacío difícil de reemplazar. Hasta que decidí comenzar, no de una manera particularmente original, con el libro del que esta reseña es objeto.

martes, 16 de mayo de 2017

(1985) Margaret Atwood - El cuento de la criada

feminismo, teocracia, distopía, Defred, Deglen, Martha,


"Recuerdo cuando visitaba las galerías de arte, recorriendo el siglo diecinueve, y la obsesión que tenían por los harenes. Montones de cuadros de harenes, mujeres gordas repantingadas en divanes, con turbantes en la cabeza o tocados de terciopelo, abanicadas con colas de pavo real por un eunuco que montaba guardia en último plano. Estudios de cuerpos sedentarios, pintados por hombres que jamás habían estado allí. Se suponía que estos cuadros eran eróticos, y a mí me lo parecían en aquellos tiempos; pero ahora comprendo cuál era su verdadero significado: mostraban una alegría interrumpida, una espera, objetos que no se usaban. Eran cuadros que representaban el aburrimiento."

Suele haber bastante consenso en considerar el periodo comprendido entre el final de la segunda guerra mundial y la crisis del petróleo como la edad de oro del capitalismo global. Las economías del primer mundo disfrutaron entonces de crecimientos sostenidos y elevados del PIB, tasas cercanas al pleno empleo, índices de Gini moderados y, en general, gozaron de condiciones suficientes para que todos los miembros de la sociedad no tuviesen que quedar excluidos del progreso, creación del Estado del bienestar en Europa mediante. Sin embargo, todo macro-relato tiene sus fisuras, y el de la edad de oro del capitalismo no iba a ser menos, como vendría a poner negro sobre blanco Betty Friedan en "La mística de la feminidad".

viernes, 12 de mayo de 2017

(2009) Apostolos Doxiadis, Christos H. Papadimitriou - Logicomix

Lógica, matemáticas, fundamentos, Russell, Wittgenstein, Frege, Cantor, Hilbert, Poincaré, Gödel, Teoría de Tipos


Toda nuestra visión científica del mundo descansa sobre una sencilla —pero muy potente— herramienta: la matemática. Las matemáticas son la base sobre la que podemos construir nuestros modelos de la realidad. Son las matemáticas, y no otra cosa, lo que nos ha permitido alcanzar el dominio sobre la naturaleza que nos ha posibilitado, a la mayoría de la especie, emanciparnos hasta cierto punto de la tiranía de la necesidad natural. Pero por encima de cualquier otra consideración, la matemática supone el instrumento de mayor precisión con el que perfeccionar y afinar el conocimiento humano allí donde su acción es posible, pues nos permite pasar del dominio cualitativo del discurso al cuantitativo.

El dominio de aplicación de las matemáticas abarca la física, la química, la biología, la economía, la sociología, la psicología y cada una de las disciplinas puente entre cada una de ellas. Cuando hacemos un experimento o una sencilla predicción en cada una de esas ciencias, la experiencia puede confirmar o refutar nuestra hipótesis. Y cuando ocurre esto último, casi nunca se nos ocurre revisar la matemática implícita en nuestras formulaciones. Sencillamente, confiamos en el componente "puro" de la matemática que hemos empleado. ¿Pero por qué esto es así? ¿Por qué otorgamos a la matemática ese estatuto irrefutable?

miércoles, 10 de mayo de 2017

(1849) Edgar Allan Poe - Cuentos Completos

Terror, Horror, Dupin, Suspense, Sátira, Grotesco


"En investigaciones como la que ahora efectuamos no debería preguntarse tanto «qué ha ocurrido», como «qué hay en lo ocurrido que no se parezca a nada ocurrido anteriormente». En una palabra, la facilidad con la cual llegaré o he llegado a la solución de este misterio se halla en razón directa de su aparente insolubilidad a ojos de la policía."
Los crímenes de la calle Morgue

Suele ser interesante analizar la historia de la literatura y de las corrientes filosóficas como la sombra que deja tras de sí el espíritu de los tiempos. Esta manera de proceder nos predispone a entender cada época a través de las producciones intelectuales desarrolladas en su seno. El problema de este planteamiento es que corremos el riesgo de autolimitar nuestra mirada y, con ello, de desenfocar, cuando no de dejar directamente fuera de encuadre, autores valiosísimos que no encajan en el esquema histórico general. Afortunadamente, éste no es el caso de Edgar Allan Poe, aunque bien podría serlo.  

viernes, 5 de mayo de 2017

(1997) Fernando Lázaro Carreter - El dardo en la palabra

Corrección lingüística, periodismo, académico, anglicismo, errores,


"Yo sé que tratar de estas cosas ahora es como predicar la bula de Cruzada, y más si el sermón es de un académico (por definición carroza). Tengo la certeza, sin embargo, de que lo viejo y decrépito y chocho, en materia lingüística, es el no hacer nada de unos políticos, y el mucho hacer demente de otros, profesionales o aficionados. Quizá llegue un día en que un partido —¿cuál?; en Francia han sido los de izquierda— inscriba en su programa la igualdad de oportunidades idiomáticas de los ciudadanos, el ideal de que todos participen de la lengua común en su mejor nivel. Ese día habrá nacido en España una idea joven."

Siempre me ha hecho gracia eso de la RAE; una institución ciertamente contradictoria, sin duda. Por un lado, brega contra la naturaleza propia de la lengua, pues fija y da esplendor propinando dentelladas allí donde la creatividad de los usuarios del idioma toma el protagonismo. Asimilo su labor a la del drenador de océanos o el reparador de mecheros desechables, en una conducta totalmente desesperanzada. Digo esto porque la cualidad esencial de todo lenguaje natural es el cambio. Las lenguas son los guantes que nos enfundamos los seres humanos para tratar entre nosotros. Esa comunicación responde a deseos e intereses que cambian con el paso del tiempo, y en la medida en que éstos cambian, también lo hace su vehículo expresivo. El lenguaje cambia porque la realidad cambia y, a veces, incluso la realidad cambia porque el lenguaje así lo hace. Es una dinámica incontrolable. Pero la RAE tiene cierto afán de control, si no en la totalidad de la gran charca que es el Castellano, si al menos en algunas de sus orillas. En la medida de sus posibilidades, es ese granjero que trata de ponerle puertas al campo. Lo cual ya de por sí tiene un cierto aire patético.

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